miércoles, febrero 28, 2007

SEGUNDA HISTORIA DE REGRESIÓN.

"... Cuando falleció, sólo pudo ver que estaba en un cielo sin luna, frío y poblado de estrellas. No vio nada más y quedó ahí, flotando, en una extraña sensación de descanso...
Seguidamente, la terapeuta le pidió que nuevamente intentara volver, que abriera de nuevo el libro.
Lo tanteó en la misma penumbra anterior y al abrirlo, distinguió una ventana estrecha y pequeña, con un enrejado similar a las mallas de los gallineros y una habitación apenas iluminada con unas velas mortecinas.
Se sorprendió tremendamente al descubrir que se trataba de un parto y que era ella quien nacía. Distinguió a su padre que era su padre en esa vida, mas su madre era su amada tía Nedjelka. El lugar era sucio, las ropas eran sucias y hacía frío. Avanzó hasta la edad de cinco años y se vio retozando en un campo algo seco, entre la paja, en un corral para cerdos, plena y feliz.
Sus ropas eran retazos de cuero y mangas de lana. Las personas vestían siempre igual, producto de su pobreza. Los olores eran densos, a estiércol, le costaba aguantar ese recuerdo.
Ante una nueva instrucción, avanzó hasta la adultez: tenía varios hijos, no sabe cuántos, pero la mayor era su actual Javiera, su sonrisa era la misma. Iba a casarse y estaba feliz. Y ella también estaba feliz porque su hija tendría su propia vida.
Trabajaba mucho, de sol a sol. Sembraba, segaba y cosechaba. Usaba la hoz. Sus manos eran ásperas, siempre vestía del mismo modo, hasta para dormir. Siempre hacía frío. Sus ropas eran de lana rústica, muchas prendas encima, unas sobre las otras.
Nuevamente se le dijo que avanzara hasta su fin. Sólo vio que caía al suelo y que, mientras se desplomaba en la misma casa donde había nacido, veía la puerta abierta y la luz del día allá afuera.
Le preguntaron qué había aprendido allí. Respondió que "a luchar". Y que ella era capaz de todo. A continuación, ingresó en un túnel de luz brillante e intenso, color verde pistacho y amarillo, extraña mezcla de colores encendidos tras haber estado sumergida en un mundo casi acromático, marrón, penoso.
Recibió la orden de despertar a la cuenta de quince, tenía que subir otra vez la escalera, que ella veía de mármol blanco.
Abrió los ojos y estaba en la consulta. Afuera estaba oscuro. Ya eran las 21 horas. Una luz baja iluminaba la habitación, en contraste con la luminosidad que sus ojos del alma habían percibido segundos antes.
Estaba perpleja. La sesión - de una hora y media - había terminado. Al menos, por ahora".

Antofagasta, 27 de febrero de 2007

PRIMERA HISTORIA DE REGRESIÓN

"Y se sumergió dentro de su mente, tras bajar quince peldaños de una escalera que imaginó de mármol blanco, vislumbrando con dificultad colores marrones y morados, sin brillo, en penumbras, como si se tratara de los cortinajes de un viejo teatro -¿sería el Teatro de la Vida?-.

Y le dijeron que buscara una mesa con un libro, y que pidiera permiso para leer sus registros akashicos, pero no lo vio, sólo pudo detectar que estaba ahí, entre las sombras que la rodeaban. Le parecía extraño todo aquello, la razón aparecía constantemente y no la dejaba libre, pero a pesar de eso sintió que podía tocar el gran tomo y empezó a confiar más en su tacto que en la vista, obnubilada por la semi oscuridad que la rodeaba.

Y al punto, se encontró prisionera en una torre circular, estrecha y de ladrillos. Sintió la humedad, la aspereza y la suciedad de estos últimos. Pudo oler la fetidez de aquel sitio que la anulaba. No sentía miedo. Estaba resignada y a la espera.

Ante la orden de ir unos años más atrás, se vio a sí misma joven y bella, con dos trenzas rubias sobre la cabeza, en una especie de carreta adornada con flores. La seguían a pie un par de soldados con vestimentas medievales. Ella tenía dos anillos, ambos con piedras ovaladas: morada en la mano izquierda y negra en la derecha. Su vestido tenía la manga con una prolongación en punta y la tela era suave al tacto, color verde musgo. Estaba feliz, iba de paseo al campo. Sentía la tibieza del sol sobre su rostro.

Para saber quién era en esa vida, una tía, con la sonrisa de su madre de hoy, le contó que su nombre era Heideleine y que vivía en lo que actualmente es Alemania. Tenía que contraer matrimonio porque no tenía padres ni hermanos y era su deber administrar su pequeña comarca, pero por ser una mujer estaba impedida: un hombre faltaba. Vio su matrimonio, pero no pudo descubrir el rostro de su esposo. Sólo pudo percibir que era mayor. Su estado de ánimo era de serenidad, sabía que tenía que hacerlo. Era su deber.

Le pidieron que llegara al instante de su muerte y se vio a sí misma acostada en una carpa, acompañada de un hombre de rasgos orientales, desconocido en el hoy, que se había convertido en su protector tras el asalto en que participaron las hordas a las que él pertenecía y que habían acabado con la muerte de su marido. Este hombre la respetaba y admiraba su cabello rubio. Sufría. Ella estaba muy tranquila, en esa vida había aprendido que todo puede cambiar de un instante a otro. De improviso se vio sumergida en una noche sin luna, rodeada de estrellas y con una extraña sensación que mezclaba la paz y la tristeza. No había tenido hijos..."

Antofagasta, 27 de febrero 2007.

martes, febrero 27, 2007

¿ES VÁLIDA LA PRIVACIÓN DE LIBERTAD?

En el blog de Giroaj encontré un artículo interesante acerca de un joven egipcio, musulmán de religión, que se encuentra preso por sus ideas y cuya vida peligra.
Cada sociedad se ha dado un catálogo de conductas prohibidas, cuya acción desencadena como consecuencia una pena, a veces pecuniaria, otras, privativa de libertad y, también, de muerte.
Para nuestras ideas occidentales, saber que en algún lugar del mundo existe un joven idealista que está encarcelado y tal vez a punto de perder la vida por tratar de reformar una cultura que a él le parece injusta, constituye una falta total de equidad entre la sanción y el mal causado, lo que me lleva a pensar en la importancia de la libertad, específicamente en este caso, de la libertad ambulatoria.
La que permite entrar y salir de casa. Ir al trabajo. Salir de compras. Pasear con los hijos. Caminar por la orilla de la playa, con los pies en la arena. Subir un cerro, una cuesta, una colina. Tomar un bus. Abordar un taxi. Viajar. Golpear una puerta en busca del ser querido. Son tantas y tan variadas sus formas que ni siquiera nos damos cuenta de lo que tenemos.
Y esto me conecta con el post anterior: creo que nadie pensaría que los presos, culpables o inocentes, están mejor tras las rejas, si se imaginara siquiera lo que implica no disfrutar, no usar y no disponer de la libertad.
Oremos por Karim, entonces. Que está enjaulado por decir. Encadenado por pensar. Pero nunca prisionero mientras conserve la libertad de su inmortal espíritu.

viernes, febrero 23, 2007

¿QUE ES MÁS EFECTIVO?¿LA CARICIA PREVIA O EL CASTIGO POSTERIOR?

El mundo está tan lleno de violencia que nada nos asombra.

Los noticieros nacionales e internacionales
dan cuenta de agresiones a niños, adolescentes, hombres, mujeres, ancianos y hasta a animales de una manera tan cotidiana que somos insensibles a eso que ocurre "con los demás", "en otro país", "en la capital", "en los barrios de la droga. O "en Asia"; "en Africa". "En Europa"...

No nos importa ese dolor que está instalado allá lejos,
muy lejos, tan lejos. Mal que mal, está fuera de nuestro hogar, consulta, faena u oficina, hasta que nos toca de cerca.
Hasta que hurtan nuestra cartera, nos abren el auto, ingresan a nuestra casa, nos amedrentan para asaltarnos, nos persiguen para violentarnos, etc., etc., etc.

¿Y a quién recurrimos, si ello es así? A la Justicia. A esa dama fría
que sostiene una balanza con los ojos vendados y que dispone un intrincado mecanismo de persecución penal.

Así empieza la kafkiana madeja del proceso
y hay que entrar a demostrar, más allá de toda duda razonable, que en realidad fuimos víctimas y que nuestro victimario fue, efectivamente, el culpable - sin contar que otras veces seremos nosotros quienes deberemos acreditar inocencia -.

Y yo me pregunto...

¿No sería mejorar custodiar nuestra sociedad desde la infancia,
instaurar un Derecho de Familia Internacional con procedimientos ágiles y expeditos para nuestros niños, hijos del mundo, que malgastar después miles de recursos públicos en el ámbito cada vez más sangriento del Derecho Penal?

Más de una vez he oído frases tales como
"yo mataría a todos los delincuentes". "Los tendría trabajando de sol a sol y a pan y agua". "En las cárceles viven mejor que en sus casas". "En el recinto penal tienen de todo". "Hasta comen mejor que uno". "Y ahora que hay cárceles concesionadas - en Chile - el Estado gasta como quinientos mil pesos por cada preso"... etc.
A mí me gustaría que esos opinantes encausaran sus energías de revancha, de venganza, de ira o de furia, en acariciar más a sus hijos.
En escucharlos. En preocuparse dónde fueron y con quién. En esperarlos despiertos si salen de noche - o mejor, ir en su busca -.
En permitir que sus amigos concurran a la casa, para saber con quiénes se relacionan.
En secar sus lágrimas de frustración y de pena, sin emitir juicios ni interrogar: sólo respetando esos momentos de dolor en que sólo es necesaria una caricia, un abrazo, un vaso de agua.
En conversar de todo con ellos, para ir poco a poco mostrándoles el mundo, con sus ventajas y desdichas.
En llevarlos a conocer otras realidades, para que comprendan lo afortunados que son.
Es tanto lo que se puede hacer...
Y si bien estimo que en cada ser humano hay un delincuente en potencia, dependiendo de sus circunstancias, insisto en que amparando a nuestros pequeños será más difícil que los succione el remolino de la criminalidad y del vicio.

Tengamos presente que
"TU CASA PODRÁ SUSTITUIR AL MUNDO, PERO EL MUNDO, JAMÁS SUSTITUIRÁ TU CASA".

martes, febrero 13, 2007

MUJER Y MADRE.

Érase una vez
un dolor incendiario
Érase una vez
un dolor inolvidable
El fuego de la posesión
y el calor, al dar a luz,
son semejantes...
II
Toda mujer se siente
henchida de gozo:
esa primera vez
es pertenencia.
Siente que es rama, copa y árbol,
tierra de buena siembra,
surco suave de semillas incontables;
vaso de amor,
cáliz para los frutos.
III
Nido y abrigo
con las manos unidas
en acción de recibir
la gota fertilizante,
un gesto único y sublime
que otorga sosiego
y confianza
tras el arrebato,
después del estallido
del amor
en la profundidad
de esa experiencia.
IV
Tiempo después, al parir,
es tierra húmeda que se abre,
abre las puertas de la vida,
porque tiene sus llaves.
Alza las piernas cuando estalla
y deja que corra,
que fluya,
que sea un manantial tibio,
vital,
intenso,
derramado en el Cosmos.
V
Dios lo comprende
al instalar aquella estrella
en la frente de la creatura,
le regala un ángel custodio
que guiará sus pasos,
enjugará sus lágrimas
y le alimentará para siempre
con el embrujo de sus pechos...
VI
Así
ambas razones bastan.
Ambas razones sobran
para entender el pacto secreto
que la Creación hizo
con la Mujer
y la Vida...
millones de años atrás,
cuando en el Universo
los cometas
eran traviesos niños
con la cabellera desbocada.
Cuando la Tierra
apenas se poblaba
de espíritus y almas
ansiosas de olvidar y de aprender.

lunes, febrero 12, 2007

LO QUE SOMOS

"Somos el resultado de lo que pensamos"
Esta verdad me ha estallado en los ojos
hace pocos instantes...
Cuesta comprender cómo somos capaces
de atraer alegría o fatalidad.
Visualicemos, pues, nuestros deseos;
olvidemos nuestros problemas.
Comencemos a pensar en forma positiva,
para que todo nos llegue fluidamente:
el amor,
la salud,
la libertad,
el dinero,
buenos resultados,
amistad.
Siempre pedí ser madre:
y lo soy.
Luego, que mis hijos fueran
personas de bien:
lo son.
Que mi familia esté siempre protegida:
lo está,
pues Dios no nos abandona,
siempre está Su luz para guiarnos.
Me falta aprender mucho.
Pero me propongo
no pensar en el caos,
en los problemas,
en la mala salud,
en las deudas,
en las decepciones,
en los interminables etcéteras.
De ahora en adelante,
voy a visualizar lo que más quiero.
Y lo tendré.
Con gratitud y fe,
pero más que nada,
con alegría y amor.
Y ése será un secreto compartido.
Les invito a cambiar vuestras vidas
en ese sentido.

jueves, febrero 08, 2007

UNA SOMBRA

Siempre hay una sombra, aunque corra las cortinas y abra las ventanas de par en par.
Siempre hay espacios oscuros, aunque encienda mil cirios y lance mis bengalas a volar.
Ya conozco la prueba que me aguarda: ya sé para qué la vida me hace fuerte y me templa como el herrero a la espada.
Será duro y hostil.
Ya nada puede hacerse, excepto sentarse a esperar la batalla.
No temo por mí, sin embargo: me preocupan aquellos que sólo podrán observar.

R E C U E R D O

Recuerdo cuando tuve dos rayos de sol entre los dedos.
Recuerdo mi cuerpo bajo tu libertad.
Recuerdo la calma de la pasión satisfecha,
la dulzura postrera, las voces sobre el mar.
Tengo esos días incrustados en la piel;
guardo cada sonido; caricias, gestos y palabras.
Mas hoy no queda nada.
Se fueron las horas, las caminatas y los juegos.
Los artículos. Las dedicatorias.
Pero lo que se va sin despedidas vuelve.
Y por otro beso volverás.
Un sueño estremecido me lo dijo,
mientras la luna se deshacía,
en el baile ondulado de las negras aguas del mar.