tonight
Mi espíritu se aleja por encima de las olas
y sobre esa alfombra de humedad y gotas de rocío
puede escuchar los pasos de la noche
La noche.
Oscura, profunda, aterciopelada y silenciosa
llena de misterios que la humanidad pretende revelar
y de miedos que intenta superar
cuando la describe, la acota,
y la mensura,
hasta que la deposita dentro de la caja de Pandora
y la encierra, pavorosa.
Esa humanidad científica y poética
que le dio forma,
que la cinceló, la dibujó y la pintó
con tintes tenebrosos,
esa humanidad que la llamó colmena, linterna, coche, faro, almohadón.
Pero nada de eso es la noche
ni me importa lo que es, a ciencia cierta,
sino lo que me hace sentir.
Sólo interesa lo que esta noche tan larga
como las sombras de los amaneceres
puede provocar.
Esta noche que me apura, me insta, me apremia...
Esta noche que me exige despertar para ser feliz
Esta noche que me ordena mandar todos mis espectros,
mis fracasos y mis triunfos al más profundo pozo,
en sus entrañas desconocidas y atemorizantes.
Y eso hago: cierro los ojos y trato de ser yo,
una y única,
y mando todo lejos
hasta que mis rostros desaparecen dentro de una espiral violeta.
Porque sólo así podré erguirme el día de mañana
por encima de las mezquindades del mundo y de mi ser,
sin que sean relevantes
tus egoísmos ni mis debilidades.