martes, junio 06, 2006

EXPERIENCIAS

Estando en la Universidad, en los Ochenta, fumé por primera vez aspirando bien el cigarrillo, pues antes no sabía hacerlo. No me duró mucho esa aproximación a un vicio tan destructivo, sin embargo, porque me molestó sentir mis manos con olor a nicotina, y lo dejé. Mi cajetilla de Kent Light pasó a las manos de un empedernido fumador agradecido.

En la misma época, aprendí igualmente a beber mis primeros vasos de la típica piscola (pisco con coca-cola) y en las discotecas, Gin con Gin o el famoso Old Fashion, tragos que ante la actual moda de tequilas y caipirinhas han pasado casi al olvido.

Canté los primeros boleros en las clásicas reuniones estudiantiles, que se efectuaban en las casas de los amigos y que terminaban a la hora en que, hoy, mi hija recién va saliendo a bailar.

Creo que las grandes experiencias de la vida provienen de la juventud madura, después de los 18, en que todavía se tiene la posibilidad de vivir sin más preocupaciones que aprobar las asignaturas de cátedra, al menos, así fue en mi caso, si bien existe una gran cantidad de jóvenes que a esa edad ya mantienen una familia. Fui afortunada al disfrutarla intensamente.

Esa base de compañerismo y confianza que va ligada a esas primeras veces de la vida es algo que marca significativamente nuestra adultez y que ayuda y apoya en las situaciones difíciles. Lo afirmo porque, en los pasados días inciertos no me he sentido abandonada. Ni siquiera por los miembros de la blogósfera, que constantemente han llegado para dejar una palabra de aliento y fe...

Por ello, no puedo quejarme de la vida que he escogido vivir, pues a pesar de los momentos duros, tengo la certeza de contar con personas especiales y leales que han sabido manifestarse en la forma y en el tiempo oportuno, de quienes estaré, por siempre, agradecida...

sábado, junio 03, 2006

TODO BIEN

El resultado de la biopsia fue, a Dios gracias, negativo: no hay signos de malignidad. He sentido un alivio tan profundo como el océano. Me sumergí en la tibieza de la calma y de la serenidad. Mi corazón se siente conmovido por esta nueva oportunidad para seguir caminando, para seguir amando, para seguir viviendo en plenitud.

Ahora sólo falta volver a equilibrar el sistema endocrino para que la depresión y la fatiga crónica se retiren. Tal vez tomará algún tiempo, pero no importa. Lo acepto.

"EL MEJOR TIEMPO SE APROXIMA".