sábado, julio 15, 2006

Conclusiones

A veces pienso que he vivido mil años.
Otras veces creo que existo verdaderamente hace un par de meses, días, horas, minutos o segundos.
Nunca es suficiente, sin embargo.
En todo lo que rodea la magia de ser y estar, de existir y de morir, de amar y de odiar, de partir y volver, de avanzar o esperar, y a pesar de las mezquindades y de los excesos, sólo es dable concluir que la vida es una maravillosa e impredecible lección de amor y de humildad.

"Divinidad que estás en mi corazón, ven a mí en este día".

5 comentarios:

Natinat dijo...

Querida Olie:

Uno no se encierra en su cuarto a escribir para que otros vivan
para que otros degusten el espectáculo
más bien uno apaga la luz
y cavila con el corazón libre de espejismos:

Hay que tener principios
persignarse, verse la cara
contemplar lo irrisorio de la ciencia
hacer señales a los muertos
que brille le herida mordida
por su filo
aflojar sedal sin engaño
sacarse estacas de la memoria
y en recordaciones
venirse orillado a lomo de pez
casi diríase
ordenar caos con pálpito de verdad
acontecimientos ordenan
y además
violentarse con maña
neurasténico por pura decisión
o indecisión
amándonos en solitario
descubrirnos indomables
en longevidad de seducción
frente a las estrellas
Porque en verdad, uno,
como Dios parado en seco
yace alegremente satisfecha
con la humana cara poblada
de ciegos espejos.

Te envío mi corazón navegando en un río de besos

Natinat

Lety Ricardez dijo...

Este tipo de reflexiones nos hermana, y e verdad creo que en la vida de todo ser humano hay un lugar y un momento para ello y eres bienaventurada cuando aprendes esa lección de amor y humildad en tiempo para vivirla plenamente,

interesantes y valiosas también las reflexiones de tu amiga Natinat

princess olie dijo...

Gracias a todas ustedes por tan bellos y acertados comentarios.

Un abrazo enorme:

18 julio 2006

fgiucich dijo...

Estas viviendo con el convencimiento de que los años que vendrán te darán lo que estás buscando. Abrazos.

princess olie dijo...

Así es, Fernando. Y nunca antes había atesorado como ahora la madurez de esta edad...

Abrazos: