LA VIDA HUMANA...

Creo que para adoptar una posición clara en relación con la píldora del día después, es necesario determinar algunas consideraciones acerca del instante en que hay vida humana.

Sin perjuicio que no poseo conocimientos específicos de biología, desde mi condición de estudiosa del Derecho me parece que estoy en condiciones de dar a conocer una opinión concreta sobre el particular, en un tema que es, de suyo, polémico.

¿Desde cuándo hay vida humana?

Tengamos en cuenta, primeramente, que si tras el coito se produce fecundación, es decir, se unen los gametos del hombre y de la mujer - espermio y óvulo -, al cabo de un par de horas tendremos un cigoto. Un genoma único.

Desde este momento surge la polémica.

Para algunos, la información genética del cigoto resultante no alcanza para formar un individuo y es necesario que se implante en el útero materno para dar lugar a un ser humano completo. Este criterio fue reconocido por la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de la ONU (El Cairo, 1994) , conocida también como Conferencia de El Cairo. Así, la implantación sería condición necesaria para el desarrollo de un ser humano y, en este contexto, sólo hay embarazo desde que el cigoto se adhiere al endometrio.

Sin embargo, estimo que no puede desconocerse que a partir de esa única célula, se produce un desarrollo que llega a conformar un organismo que al nacer tendrá más de diez elevadas a doce células, esto es, un ser humano.

Por ello, la postura que contradice el criterio anterior consiste en que existe vida desde el instante de la fecundación.

El genoma, antes de expresarse de una manera tal que posea un destino asegurado y dirigido hacia la constitución de un ser humano completo, posee ya una dirección no sólo específica, no sólo determinante de la pertenencia a una cierta especie biológica, sino individualizante, es decir, constructora de la singularidad irrepetible del ser vivo en cuestión. Por lo tanto, sólo puedo arribar a la conclusión que un cigoto es viable.

Por otra parte, hay que tener presente que:

1. La fecundación generalmente ocurre dentro de las pocas horas de la ovulación, en el tercio exterior de la trompa uterina.

2. El cigoto tarda hasta tres días en llegar hasta la cavidad del útero.

3. Lleva otros dos días hasta comenzar la implantación y, como promedio, otros tres días más en implantarse con éxito.

Aun así... ¿podemos negar su calidad de "germen" de vida humana? Creo que no.

Tanto es así, que en materia del manejo de embriones en los laboratorios del mundo ya es posible "adoptarlos" como a hijos, pues eso serán, y en muchas legislaciones occidentales se considera la prohibición de destruirlos, incluso antes que sean implantados en la matriz.

Finalmente, no me parece correcto que el levonorgestrel sea considerado como un anticonceptivo de emergencia, pues eventualmente podría ser ingerido después de producida la fertilización.

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Cierro este post informativo con la siguiente reflexión.

Sé exactamente cuándo fue concebida mi hija: un 3 de enero de 1986. Lo sé, porque esa noche todo mi ser presintió que llegaría.

Y era tan fuerte la sensación, que hasta me daba temor inscribirme para la práctica profesional, pues imaginaba que sería difícil hacerla en estado de gravidez y me asaltaba la inquietud de no poderla terminar, de que quedara inconclusa.

No me equivoqué. El presentimiento de los primeros días de enero fue una confirmada realidad durante los primeros días del mes siguiente, cuando salí eufórica de una farmacia antofagastina, con el resultado del examen de pregnosticón ante mis ojos: "POSITIVO".

Y dentro de unos minutos, mi querida Javiera Paz, mi hija preciosa, mi sueño concreto, cumplirá veinte años, a las 0:00 hrs. del 6 de octubre.

Y es por ella, lo reitero, que defiendo la vida... porque la tuve en mis entrañas, la acuné entre mis brazos, la levanté en vilo para que pudiera contemplar la naturaleza que nos rodea y he luchado cada día para que tenga un futuro prometedor y, créanme, no hay satisfacción más grande.

Pues ni los mayores logros económicos, profesionales o mundanos se comparan con la realización que una mujer alcanza siendo madre...