lunes, agosto 21, 2006

"Qué extraño es el hombre, pues...
Nacer no pide
Vivir no sabe
Morir no quiere"

miércoles, agosto 16, 2006

RUEGOS POR LETY RICARDEZ, DE OAXACA, MÉXICO.

Quiero hablarles de afecto.
Hablarles desde el corazón.
Hablarles de fe y templanza.
Hablarles de alegría.
Hablarles de maternal amistad.
Hablarles de optimismo.
Hablarles de honestidad.
Hablarles de verdad.
Hablarles de renacimientos a la vida.
Hablarles de poesía y buenas letras.
Hablarles de todo eso que es Lety Ricardez.
Nuestra amiga de blogs está enferma y creo que será posible unir nuestros lazos hispanoamericanos en oración nocturna por ella.
Las peticiones a la divinidad, cualquiera sea ésta de conformidad con nuestra creencia, forman una vasta y relevante red de apoyo y de consuelo para quien se convierte en el depositario de las bendiciones solicitadas.
Así, les invito a que oremos, recemos, pidamos, exijamos a Dios que le conceda a Lety una pronta y completa y satisfactoria recuperación.
No propongo horarios, porque las horas del corazón son íntimas y muy personales y los momentos también. Sólo espero que todos lo hagamos cada día... o cada noche... o cada tarde. Nada cuesta encender una vela en el alma y dedicar una plegaria.
Suavemente...
Quedamente...
Very slow down...
GRACIAS

EL MOVIMIENTO "SLOW DOWN" DE CARL HONORÉ, EL "SLOW EUROPE" Y LA "SLOW FOOD"...

Carl Honoré es un periodista canadiense, de 40 años, casado, con cuatro hijos, que actualmente es el líder de Slow, un movimiento mundial informal que busca terminar con la vida acelerada de las ciudades y erradicar la cultura "Fast".
En su libro, "Elogio a la lentitud" - "In praise of slowness" - de más de 200 páginas, le declara la guerra al cronómetro y pretende recuperar los ritmos naturales en la familia, el trabajo, la comida, la educación y el sexo. En todo.
Honoré sostiene que la cultura contemporánea impulsa a ser el primero, el más rápido, resolutivo, ejecutivo y agresivo, de modo que para contrarrestar esto hay que desacelerar y comenzar por apagar el televisor.
Recomienda tomar lápiz, papel, hacer una lista de las actividades diarias y tachar todo aquello que consideremos prescindible.
Asegura que “no hay que tenerle miedo a la inactividad”. “Esta primera parada en nuestro alocado ritmo nos permitirá ver la vida de otra manera”.

Leí este interesante artículo, que sintetizo, en la revista chilena "Cosas", que se suma a otras publicaciones internacionales que tratan de revertir el estilo de vida actual, que nos somete al cronómetro más que al reloj, que ha convertido la pausa lenta de las horas en una sacrificada vida que resta minutos placenteros.

Como resultado de este pensamiento que se ha dispersado por el mundo occidental, ha surgido un gran movimiento en Europa llamado "Slow Food".
La Slow Food International Association, cuyo símbolo es un caracol, tiene su central en Italia.
Este movimiento predica que las personas deben comer y beber lentamente, dándose tiempo para saborear los alimentos, disfrutando de la preparación en convivencia con la familia, con los amigos, sin prisa y con calidad.
La idea es contraponerse al ánimo del Fast Food y lo que éste representa como estilo de vida.
A su vez, el Slow Food esta sirviendo de base para un movimiento más amplio llamado Slow Europe, resaltado por la revista Business Week en una de sus últimas ediciones europeas.
La base de todo está en el cuestionamiento de la "prisa" y de la locura generada por la globalización, por el deseo de "tener en cantidad" (nivel de vida) en contraposición al de "tener en CALIDAD", "Calidad de Vida" o "Calidad del Ser".
Según la Business Week, los operarios franceses, aunque trabajen menos horas (35 horas por semana) son más productivos que sus colegas estadounidenses o británicos.
Y los alemanes, que en muchas empresas ya implantaron la semana de 28,8 horas de trabajo, vieron su productividad aumentar en un elogiable 20%.
Esa llamada "slow attitude" está llamando la atención hasta de los estadounidenses, discípulos del fast (rápido) y del "do it now!" (¡Hágalo ya, apúrese!), porque esa "actitud sin prisa" no significa hacer menos ni tener menor productividad.
Significa sí, trabajar y hacer las cosas con "más calidad" y "más productividad", con mayor perfección, con atención a los detalles y con menos estrés.
Significa retomar los valores de la familia, de los amigos, del tiempo libre, del placer del buen ocio o el ocio constructivo, y de la vida, en las pequeñas comunidades.
Del "aquí" presente y concreto, en contraposición contra lo "mundial o global" indefinido y anónimo.
Significa retomar los valores esenciales del ser humano, de los pequeños placeres de lo cotidiano, de la simplicidad de vivir y convivir, y hasta de la religión y de la fe.
Significa un ambiente de trabajo menos coercitivo, más alegre, más leve y por lo tanto, más productivo, donde los seres humanos realizan, con placer, lo que mejor saben hacer o dedicación de aprender lo que no saben.
Es saludable pensar detenidamente en todo esto.
Hacer posible que los antiguos refranes: "Paso a paso se va lejos", "Quien apurado vive, apurado muere" y "La prisa es enemiga de la perfección", "Vísteme despacio que voy de prisa" merezcan nuevamente nuestra atención en estos tiempos de locura desenfrenada, en los que no sabemos para dónde vamos.
¿Acaso no será útil que las empresas de nuestra comunidad, ciudad, estado o país, empiecen ya a pensar en desarrollar programas serios de "calidad sin prisa" hasta para aumentar la productividad y calidad de los productos y servicios sin necesariamente perder "Calidad del Ser"?
En la película "Perfume de Mujer" hay una escena inolvidable en la que el ciego (interpretado por Al Pacino) invita a una muchacha a bailar y ella responde: "No puedo, pues mi novio va a llegar en pocos minutos", a lo que el ciego replica:
"Pero es que en un momento, se vive una vida", y la saca a bailar un tango.
El mejor momento de la película es esta escena de sólo dos o tres minutos.
Muchos viven corriendo detrás del tiempo, pero sólo lo alcanzan cuando mueren, ya sea de un infarto o un accidente en la autopista por correr para llegar a tiempo, o para otros que están tan ansiosos por vivir el futuro que se olvidan de vivir el presente, que es el único tiempo que realmente existe.
Todos en el mundo tiene tiempo por igual, pues nadie tiene ni más ni menos de 24 horas por día. La diferencia está en el empleo que cada uno hace de su tiempo.
Necesitamos saber aprovechar cada momento, porque, como dijo John Lennon,
"La vida es aquello que sucede mientras planeamos el futuro".
Falta tiempo cuando falta el espíritu de vivir, es un asunto de prioridades, porque no hay un compromiso consigo mismo.
Tres factores nos aniquilan:
cuando evitamos el riesgo,
eludimos la responsabilidad y
nos oponemos a los cambios.
Como no tomamos tiempo para nosotros, no podemos dirigir nuestras propias vidas, ni menos la de nuestra familia o nuestros hijos, entonces nos empeñamos en dirigir una ciudad, un estado o una nación.

¡VIVIR DESPACIO NO IMPLICA QUE TE DETENGAS!

Y, a mayor abundamiento, el decálogo que Honoré propone, es:

• "No dejes que tu agenda te gobierne. Muchas cosas que te planteas ahora son postergables. Prueba y verás.
• Cuando estés con tu pareja y tus hijos, o con tus amigos, apaga el celular y desconecta el teléfono.
• Tómate tiempo para comer y beber. Comer apurado genera males digestivos y si la comida es buena y está bien sazonada, no la apreciarás como se debe. Este es uno de los placeres de la vida, no lo arruines.
• Pasa tiempo a solas contigo mismo, en silencio. Escucha tu voz interior. Medita sobre la vida en general. No tengas miedo al silencio. Al principio te será difícil, luego notarás los beneficios.
• No te aturdas con ruidos o mires televisión como si fueras una medusa petrificada. Escucha música con calma y verás que es bellísima. No te quedes frente al televisor porque sí.
• Escribe un ranking de prioridades. Si lo primero que escribiste es trabajo, algo anda mal, vuelve a redactarlo. El trabajo es importante y debemos hacerlo, pero medita y notarás que no es lo más importante de tu vida.
• No creas eso de que en poco tiempo das amor. Escucha los sueños de la gente que amas, sus miedos, sus alegrías, sus fracasos, sus fantasías y problemas. Es una estupidez pensar que se puede amar una hora por día y basta con eso.
• No creas que tus hijos pueden seguir tu ritmo. Eres tú quien debe debe desacelerar e ir al ritmo de ellos.• Recuerda que la conversación y la compañía silenciosa son los medios de comunicación más antiguos que existen.
• El virus de la prisa es una epidemia mundial. Si lo has contraído, trata de curarte".

martes, agosto 15, 2006

ANHELO

Quiero
a alguien que sea capaz de sostenerme
y enjugar mis lágrimas,
sin tener que aparentar que sólo yo soy el fuerte,
y que seamos, juntos y unidos, una imbatible fortaleza.

Quiero
a alguien que me dé un refugio sin cobrarlo,
que generosamente sea capaz de darme un lugar en el mundo
para que yo lo transforme en un hogar,
sin recordarme a menudo que ese sitio no me pertenece.

Quiero
a alguien que sepa entregar el corazón,
que me dé con las manos
lo que guarda dentro de sí,
que no se reprima
ni en besos ni en caricias,
que sea capaz de regalar el mundo
y la vida entera
en un abrazo.

Quiero
a alguien que pueda devolverme
mi condición de mujer.
Alguien con quien pueda ser femenina y suave.
Que respete mi condición y no eche sobre mis hombros
la pesada carga del sustento.

Necesito un faro.
Necesito luz.

Necesito llegar a una playa
tras este naufragio.

lunes, agosto 14, 2006

PAZ PARA LOS NIÑOS

He visto fotografías de la cruda realidad de la guerra. He visto las noticias internacionales al respecto. He leído post en distintos blogs, artículos, editoriales y reportajes de los diarios más vistos en el globo.

Sin embargo, pareciera que nos hemos ido acostumbrado a la violencia, a las matanzas, a las violaciones, a los raptos, a los secuestros. Y es que se ven tan lejanas y tan ajenas. Se asocian a otras culturas, a países distantes.

No obstante, nuestra actitud no debiera ser un asombro momentáneo, o dar vuelta la página para no enterarse. O esconder la revista para no repasar las horrorosas instantáneas. Y eso, porque las mayores víctimas del conflicto, son los niños.

Pequeños niños en edad de jugar, que portan armas.
Pequeños niños descalzos, huérfanos y hambrientos, que están dispuestos al suicidio.
Pequeños niños flagelados y mutilados, que podrían ser tu hijo. Mi hijo. Tu hija. Mi hija.

Niños hambrientos de bienes, de cariño y de Paz. Principalmente, de paz.

Carentes de una noche tranquila, para dormir con una sonrisa bajo las estrellas, soñando con la esperanza en el mañana y en un mundo mejor.

Carentes de una madre solícita que les arrope y cierre la puerta de su cuarto, apagando la luz.

Carentes de la presencia del padre que llega a preguntar cómo les fue en la escuela, tras su llegada del trabajo.

Y es que ellos no tienen madre, ni padre. Ni escuelas. Y, si hay padre, no hay trabajo. Y, si la madre vive, no hay hogar.

Todo se lo lleva la metralla.
Todo estalla en el relámpago de una granada.
Todo sonido en muchas millas a la redonda sólo proviene de las balas, silbando sobre sus cabezas.

Yo no quiero esto para los niños del mundo.
No quiero volver a ver imágenes de cuerpos pequeños y frágiles, heridos, muertos. Destrozados.

Y no comprendo...

En Tel-Aviv, Israel, mi madre recorrió acongojada el Museo del Holocausto, en febrero de 2000. Me relataba las fotografías y las rumas de zapatitos y escarpines y el solo recuerdo de esa visión la estremecía y llenaba de pena.

En mi pre-adolescencia, lloré a mares tras la lectura del Diario de Ana Frank.

Es por eso que menos comprendo cómo una nación que vio morir a sus pequeños hijos en el horror de los campos de exterminio, es ahora capaz de bombardear pueblos y ciudades donde hay escuelas, hospitales, centros de la Cruz Roja, que cobijan a pequeños heridos a quienes no se les concede ninguna oportunidad.

Y no me explico cómo la Tierra de las Grandes Oportunidades no le otorga ninguna a los habitantes más hermosos del Mundo.

Y todo, por el petróleo. Por la codicia. Por el poder.

Siento una gran impotencia por no saber qué hacer. Cómo ayudar. Dónde golpear.

Tal vez, si creáramos una campaña para trasladar a esos pequeños huérfanos a lugares más seguros... No sé. Tal vez si apadrináramos a esos infantes cuyos progenitores no tienen nada que ofrecerles, porque la guerra les ha quitado todo (como se hizo en Chile en la década de los '90, cuando la Guerra de los Balcanes dejó a muchos niños croatas huérfanos y a sus madres, viudas).

No lo sé. Me frustra no saberlo.

Podemos orar por la Paz, es cierto, pero hay necesidades inmediatas.

Despertemos de la indolencia. Levantemos la voz: NO A LA GUERRA. NO A LAS MATANZAS DE NIÑOS. NO AL USO DE LOS PEQUEÑOS PARA VENGAR A LOS ADULTOS.

¿Qué propones tú?

domingo, agosto 13, 2006

CANSANCIO

No te quiero esperar,
pero es inevitable.

Lanzo mis ojos a la calle,
desde el balcón.

Miro la luz de la luna
esperando que alumbre tus pasos.

Pero no vienes.

Pero no llegas.

Sólo apareces en mis sueños.

Te descubro en las zonas oníricas
humano
vulnerable
enamorado.

Pero no es lo que quiero
y se cansan mis ojos,
buscando en el vacío,
escuchando las mariposas,
tocando los vidrios del ventanal,
acurrucada junto a las cortinas.

Sólo quiero mirarte
y que me abraces.
Quiero tirar la tristeza por la ventana.
Quiero caminar contigo
bajo la luna prisionera,
bajo los ardientes zarpazos del sol.

jueves, agosto 10, 2006

PARA EL CAMINO

La vida es demasiado difícil para recorrerla en soledad. A lo menos, resulta recomendable avanzar junto a tres buenas amigas:
la Inocencia,
la Intuición y
la Fe.

viernes, agosto 04, 2006

MAIPÚ 328

La propiedad que perteneció a mi tía Katica fue demolida el 21 de junio.
Para el Clan Zlatar, siempre será el recuerdo de la casa de nuestra abuela y matriarca, doña Ofelia Florencia Navarro Zúñiga, mi querida "Marilyn".

Esa casa de madera, con piso de pino oregón, fue el reino encantado de mi infancia. En el amplio comedor se reunía la familia en pleno para celebrar reencuentros, almuerzos de verano, cumpleaños, Navidades, Años Nuevos y vacaciones, cuando las primas santiaguinas (Natacha, Katica e Ivanka), llegaban solas en avión.

En el largo pasillo de acceso al living, que unía la mampara de la puerta de calle con el hall, pasé largas tardes con mi prima Eva, paseando sobre un choapino de lana, imaginando que estábamos de travesía en alta mar. La sensación de ser arrastrada en la suavidad de ese piso encerado mil veces no se me olvidará nunca. Jamás.

En el peinador de espejo ovalado y cubierta de mármol, por su parte, me detuve con la inseguridad propia de la pubertad a revisar si mi pelo estaba brillante y lustroso, y a admirar las joyas de mi querida e inolvidable tía Yerka, que me permitía probarme sus alhajas, soñando con ser alguna vez una mujer femenina, distinguida y hermosa, que tendría sus adornos propios.

La cocina estaba impregnada del aroma de la nuez moscada, de los dulces de alcayota y de membrillo, del clavo de olor, de las ciruelas secas, del té earl grey y ceylán (orange pekoe), de los guisos eslavos y de las empanadas de horno. Allí se prepararon almuerzos y cenas, pavos con manzanas, rizzotos y buriettos. Se hornearon tortas de cumpleaños y dulces sorprendentes, elaborados por la incomparable tía Katty, que fue bendecida con el don de cocinar.

Para bajar al patio había una larga escalera de madera. En él, un gallinero proveía de huevos frescos, gallinas y pollos. Mi abuela compraba pescado fresco en la llamada "caleta" antofagastina y lo limpiaba ella misma en ese patio, rodeada por un séquito de gatos ansiosos que bajaban desde los techos vecinos y, maullando, aguardaban los despojos de congrios, cabinzas, corvinas, tomoyos y pejeperros.

Desde el patio se accedía al amplio subterráneo sobre el cual se levantaba la casa, oscuro y misterioso. "Marilyn" nunca me permitió seguirla cuando entraba en él y se perdía en las sombras. Sólo ahora supimos, cuando Eva, Gaby y Nana, acompañados de Ramón, de su cónyuge y de tía Nena, fueron a ver el inmueble y quedaron sorprendidos al encontrar sólo escombros, que ella guardaba en ese sitio un baúl con recuerdos y periódicos de fines del siglo XIX. Fue una pena saberlo tan tarde, pues los trabajadores encargados de la demolición botaron el hallazgo a la basura.

La pequeña terraza, al costado de la cocina, tenía sillones de mimbre y la adornaban macetas de plantas y flores. Cada noche, mi abuela las protegía de la humedad salobre de la costa, colocando cartones sobre ellas. El ritual era cumplido estrictamente apenas el sol se ponía en el horizonte.

Mi abuela me cuidaba todos los días, cuando mis padres se iban a trabajar. Pasé tardes inolvidables aprendiendo poemas en francés, leyendo insaciablemente, mirando el cielo de la tarde y la ruta que las palomas hacían, volando entre el edificio de Gibbs y la Plaza Colón, y jugando a saltar la cuerda en la calle.

Ahora paso frente al sitio baldío y no puedo evitar la nostalgia y las emociones. Me parece verla parada en la puerta, vigilando mi juego y saludando con una sonrisa a sus vecinas.

Supongo que así te volveré a encontrar en la puerta infinita, cuando llegue el momento de partir.

miércoles, agosto 02, 2006

ORACIÓN

DIVINIDAD QUE ESTÁS EN MI CORAZÓN, VEN A MÍ EN ESTE DÍA.
TE DOY GRACIAS Y TE PIDO AYUDA PARA VIVIR.
QUIERO SER LUZ, CARICIAS, TERNURA Y CANCIÓN.

SANACIÓN

"DE NUEVO TE LEVANTO,
VIDA,
SOBRE MIS HOMBROS"
(Pablo Neruda)

Considerando que he regresado al trabajo, que he vuelto a encontrar sonrisas en las calles de mi existencia, que poseo la dicha de estar con mis hijos, mi madre, mi hermano, que pasé hermosos momentos con mi familia, que los amigos y amigas de verdad no me han abandonado, sino que, por el contrario, están aquí y allá y que existe la posibilidad de volver a estar con vos, siento que he recuperado la fuerza, la alegría, las ganas, la paz y la esperanza.
Por eso me he valido de las palabras del Poeta: simples, precisas, bellas, sabias...

SUEÑO

Toda la noche estuve contigo
en los extraños páramos de un sueño
Toda la noche

La suavidad de mi piel
se perdió entre tus manos

Y mis besos
naufragaron en tu boca

No había principio
ni fin

Sólo cabía el estar
el presente
sin pasado
ni futuro

Y fue así que anoche
estuve debajo de ti
toda la noche
hasta que la mañana
me sorprendió
sola y desnuda
abrazando una almohada mojada