sábado, julio 19, 2008

lo que quedó

¿Qué fue lo que quedó
de entonces?
¿Qué es lo que guardo de ti
después de un tiempo?
Nada.
Todo.
Algo.
Poco.
Ni un rastro en la noche:
cada lágrima
lavó la cara de la luna.
Ninguna huella
que el agua mañanera
no borrara con paciencia.
Nuestras voces perdidas
entre los farellones
y las olas iracundas.
Mas, sin embargo,
no obstante,
empero,
por cierto,
me miro el alma
de vez en cuando
y aún encuentro
esas tenues quemaduras
de tu lumbre...

2 comentarios:

Clo dijo...

el problema frente a tanta luz es que primero le huyes, luego te acostumbras y por último, casi sin pensarlo, te parece que nada puede llegar a verse bien si no es a través de esa oleada de claridad. lo que era normal se vuelve opaco.... y pocas veces lo opaco conforma...

fgiucich dijo...

Uno siempre descubre que han quedado rastros de esos amores que han pasado por nuestras vidas. Bello e intenso. Abrazos.