domingo, febrero 13, 2011

Hijos

No amo a nadie
como amo a mis hijos...
Ni amé a nadie
como los amo a ellos.

Alguna vez
-antes de ser madre-
creí que había conocido
toda forma de renunciación.

Pero no.

Y es algo mucho más profundo que el consabido
"carne de mi carne y sangre de mi sangre"...

Decir hijos es decir inmortalidad, futuro y esperanza.

2 comentarios:

fgiucich dijo...

Bello, muy bello. Abrazos.

AleMamá dijo...

Uno siente eso pues "el amor más desciende que asciende", pero está el marido que junto contigo los produjo. ¡No dejarlo a la cola es la consigna! al final, justo porque amamos a los hijos debemos dejarlos marchar. En enero se me casa la 4 hija. Ya se han ido todos ellos y entre todos tengo uno sacerdote y me queda otro en casa.
Besos