EL BESO
Espero saber algo de tu luz, esa luz que va y viene desde enero. Esa luz que me incendia o que me irradia su paz. Esa luz que al faltar me deja oscura.
Miro el horizonte, esperando. Insisto. Paciente a veces, impaciente siempre. Y ni siquiera sé lo que espero. Tal vez, espero no perderte en la bruma de los tiempos, en la adversidad de mi destino caprichoso. Mas, ¿por qué tendría que haberte encontrado, si iba a ser para dejarte ir? ¿qué sentido tendría ese beso en mi puerta? ¿qué juego mágico e inútil sería este vaivén, estas ondas invisibles que me van a dejar a tu playa y, luego, me expulsan de ella?
La vida en sí es una interrogante. Quizás pretendo mucho con saber las respuestas. Tal vez lo único importante sea lo que encendiste en este espíritu taciturno y sensible. Tal vez lo único que pasa, después de todo, es que quieres hacer bien las cosas...
En tanto, me conmueve cada mensaje y cada silencio... Oh, Dios, pero cómo duele el silencio...
6 comentarios:
Hola Olie:
Ojala que todo se defina para ti. Me gustan tus post cuando salen del corazon.
Bonita la pintura.
Juanca
Gracias, Juanca, te había echado de menos.
Olie
Hermosa reflexión sobre la distancia que el silencio multiplica....
Te agradezco el comentario, Ángel. En verdad que el silencio lo multiplica todo. Es como la negrura de la noche, que altera todo pensamiento...
Saludos,
Lo que duele es el interrogante del silencio que nos va golpeando lentamente. Abrazos.
Siempre me ha dolido el silencio y la lejanía... Y las preguntas sin respuestas.
Publicar un comentario