La importancia del idioma

Como saben, me gusta caminar. Además de contemplar la ciudad de cerca, me permite pensar y reflexionar acerca de distintas cosas. Después de dejar a Pablito en la YMCA, para su clase de artes marciales, me devolví a casa enfrascada en mis pensamientos, cuando me topé con un oriental que infructuosamente preguntaba, en inglés, si en las inmediaciones había algún local con internet. Atendida la cercanía del puerto, era obvio que se trataba de un tripulante de barco. Las personas lo miraban, sin comprender lo que pedía. Mientras caminaba, lo vi preguntar en una subagencia de juegos de azar, al portero de una playa de estacionamiento y a una pareja de liceanos. Decidí ayudarlo, sabía que en calle Matta, cerca de un Centro de Formación Técnica, había dos cybercafés. Se despidió agradecido, pues necesitaba enviar un mensaje a su familia, pues su padre estaba enfermo. La nave mercante donde tripulaba había atracado en Antofagasta y buscaba la forma de comunicarse con sus seres queridos. Me dio pena ver su desamparo, en contraste con su estampa de marinero fortachón. Pero más pena me dio nuestra falta de cultura: ni siquiera los estudiantes de un liceo artístico del sector fueron capaces de entender su consulta... Cuando Javiera estuvo en Cuba, se asombró de comprobar que en la isla casi todos son bilingües, y que los choferes de taxis son capaces de orientar y enseñar aspectos importantes de su historia. En los dos hoteles que la alojaron en Varadero, las mucamas eran... trilingües. Como base, todas sabían perfecto inglés, además de su caribeño español, y agregaban con soltura el dominio del francés, alemán o italiano. Me pregunto si el personal de servicio de nuestros hoteles es capaz de responder a los turistas sin caer en el lenguaje corporal. Y pensar que el Ministerio de Educación pretende que los estudiantes chilenos aprendan mandarín, cuando ni siquiera se ha logrado, tras décadas de enseñanza, que un chileno común, con cuarto medio rendido, sea capaz de decir en qué calle hay un cybercafé...