jueves, noviembre 24, 2005

Los ' 80

Vivía en Santiago, como alumna de la conservadora Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, durante la década de 1980.
Esa época marcó mi juventud y mi vida posterior. Había salido del nido y estaba aprendiendo a volar.
En el plano económico, eran años difíciles por la recesión. El dólar se mantuvo en $39 sólo hasta 1982. En esos tiempos, salía más barato comprar un pasaje en avión (a $3.500) que uno de bus ($1.500 el bus cama de dos pisos de Flota Barrios, o el Fichtur), considerando las ventajas comparativas del transporte aéreo, que, en mi caso, reducía las 20 horas por tierra a 1 hora con 35 minutos de vuelo, a través de Ladeco, la Línea Aérea del Cobre, que prometía en su slogan "Antofagasta, siempre serás nuestro Norte", porque Lan Chile había suspendido los viajes hasta esta ciudad por la falta de rentabilidad.
A pesar de este panorama, en la capital se inauguraban los primeros malls de concreto en el Parque Arauco, que obtuvo su nombre definitivo tras una campaña de La Revista del Domingo, de El Mercurio, dirigida por Luis Alberto Ganderats, para no bautizarlo con vocablos en "franglés", como se decía en ese entonces a la mezcla de esos dos idiomas.
La "cultura huachaca", 100% televisiva, dio lugar al libro homónimo de Pablo Hunneuss, récord de ventas. La gente estaba todo el sábado viendo a Don Francisco. Y el domingo, con Enrique Maluenda o el "Jappening con Já".
El mall en cuestión tenía como polo de atracción dos grandes tiendas: "Muricy" y "Gala Sears". En torno a ellas, numerosas boutiques de Providencia abrían sucursales y buscaban clientes.
En Las Condes, el "Apumanque" reunía numerosos locales de ropa, regalos, chocolaterías y florerías. En Providencia, no cambiaba la Boutique "Palta", las cachemiras S y S (Manuel Montt) y los jeans Baboo. En el centro, mi favorito se llamaba "Edificio Eurocentro", en calle Huérfanos, donde compraba jeans "Marlboro" y adquirí mi primera mochila, toda una novedad color rojo que, años más tarde, serviría para acarrear los pañales desechables y mudas de Javiera para el jardín infantil.
El bowling de Apoquindo era furor, y la pizzería de rigor era "La Leonera", que había desplazado a la Pizza Nostra. En comidas orientales, en calle Marcoleta nacía uno de los primeros restaurants de comida japonesa y los chinos del "Danubio" se llevaban todos los aplausos, con sus amplios y elegantes comedores.
El "Tavelly" competía con el "Coppelia" en gelatería y a veces desplazaba al que había sido rey indiscutido en la década anterior.
La incipiente comida chatarra venía del "Burger Inn", adaptación chilensis de Mc Donald's, con papas fritas, ketchup, cheesseburger (que equivalía al chileno "barros jarpa") y bebidas.
La picada de la Escuela, en los cambios de hora, era "La Hormiguita", en calle Pío Nono, donde se tomaba café en vasos plásticos. Pero la angustiosa espera de los exámenes orales se hacía en el Burger de Plaza Italia. La tradicional "Fuente Alemana" era la atracción, por sus ricos sándwichs.
Para tomar el té con las amigas, el "Café Santos", en Providencia, con sus manteles de cuadrillé rojo, era ideal.
A pesar de la censura imperante, llegaban buenas películas. Se exhibían en el "Cine Arte Normandie" (que era la picada de mi pensionado), en los Rexs I, II y III, en El Gof, el Teatro "Oriente", etc. Mis revistas magazinescas seguían siendo "Geomundo" y "National Geograpich".
Había toque de queda y nadie circulaba entre las dos y las cinco y media de la madrugada: la capital moría cada noche.
En lo político, el 10 de mayo de 1983 empezaron las primeras protestas. Yo siempre usaba ropa negra y tenía un elegante abrigo de ese color para ir a clases, pero como las "adhesiones" requerían vestir en ese tono, tuve que conseguir en el pensionado uno celeste, para no quedar "fichada" en la "U", por culpa de una prenda.
Esa noche hubo patrullajes en helicóptero, cadenazos para cortar la luz, velatones relámpago en las calles y cacerolazos. Dos años antes, yo me había mudado desde Providencia (por el cierre de la empresa donde mi padre trabajaba y su consecuente cesantía) hasta el centro, a la esquina de Moneda con Presidente Bulnes y estaba enfrentada a nuevas y desconocidas realidades.
De los hechos violentos, los que más me impactaron fueron dos: el asesinato del general de Ejército Carol Urzúa Ibáñez, el 30 de agosto de 1983 y el hallazgo de los cuerpos degollados de los desaparecidos Natinho, Parada y Guerrero, a fines de marzo o principios de abril de 1985. Y como volé de regreso definitivo a Antofagasta el 31 de agosto de 1986, estuve lo suficientemente alejada para cuando se perpetró el atentado a Pinochet.
Ese 30 de agosto de 1983, pasada la una de la tarde, granizó sobre Santiago. Nunca olvidaré la capa de nubes negras que techó la capital y la sensación de angustia en las calles, con la alarma de las sirenas de los vehículos de la policía en constante circulación, presagiando que la noche iba a ser de las peores.
En 1986, en el otoño, la Alameda fue acordonada. Ya se me olvidó la razón: parece que se trataba de una jornada de la oposición de esos tiempos en el céntrico Hotel Tupahue. La orden era que, desde las 16 horas, nadie podía atravesar dicha arteria. La locomoción colectiva fue desviada. Como estaba en plena práctica profesional, trabajando en el Consultorio Civil Central de la Corporación de Asistencia Judicial, la mayoría intentó terminar temprano el recorrido diario por los tribunales, revisando los proveídos de las causas pues se suspendieron los comparendos de prueba y de conciliación, para partir a casa. Yo opté por caminar, atravesando la Avenida Norte Sur por el puente de calle Agustinas, pero los camiones con soldados que fui encontrando a mi paso me hicieron dudar de lo acertado de mi decisión. No obstante, no tuve contratiempos.
En la música, reinaba Madonna, Culture Club, Cindy Lauper, Michael Jackson, Lionel Ritchie... Y, clandestinamente, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, con los proscritos "Santiago de Chile" y "Playa Girón".

¿Cómo vivieron ustedes los ' 80? ¿Qué huellas conservan de esa época?
Será interesante saberlo... ¡Posteen!

3 comentarios:

GABRIEL NAVIA dijo...

Gracias al Amor es que estoy acá
Gracias al Amor es que mo hijo tb
Gracias al Amor tendre nietos
saludos

GABRIEL NAVIA dijo...

me equivoque era la post ACERCA DEL AMOR

princess olie dijo...

No te preocupes... Lo importante es tu opinión, ¿no crees?
Y qué maravilloso poder dar gracias a la emoción energizante que mueve a todo ser humano:
Olie